ilustración de medios adoctrinando

El periodismo tiene la importante responsabilidad de informar de manera imparcial, ofrecer un espacio para el debate abierto y fomentar el diálogo constructivo en la sociedad. Sin embargo, los medios de comunicación se desvían de esta misión fundamental y caen en el sensacionalismo, la polarización y la tergiversación de la información. Un ejemplo de esto es el tratamiento que el periódico español El País, con una caterva de periodistas que atacan a un polo de una supuesta “ultraderecha”.

“La ultraderecha”, es la frase que parece haberse convertido en una etiqueta recurrente en los artículos y editoriales de El País cuando se refiere a partidos y líderes políticos que no comparten su perspectiva ideológica. Esta etiqueta, que no es más que un cliché, refleja una falta de rigor periodístico y un claro sesgo político por parte de este “medio de comunicación”.

El término “ultraderecha” se ha vuelto tan difuso y desgastado que a menudo se utiliza de manera indiscriminada para englobar a cualquier figura o partido político que no encaje en la corriente dominante. Esta simplificación de la realidad política es peligrosa, ya que desdibuja las diferencias legítimas entre diferentes corrientes de pensamiento y dificulta el debate serio y constructivo.

La fobia al sentido común, como la hemos llamado, es la tendencia de El País a demonizar a cualquier grupo político que se aleje de su propia ideología. En lugar de abordar los argumentos y propuestas de estos grupos de manera objetiva, se recurre a la descalificación y al uso de términos peyorativos. Esta estrategia no solo es perjudicial para la calidad del periodismo, sino que también socava la credibilidad del medio.

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Es importante recordar que en una democracia sana, la pluralidad de voces y perspectivas es esencial. La diversidad de opiniones es lo que nutre el debate público y enriquece la toma de decisiones políticas. Sin embargo, cuando un medio de comunicación importante y con una gran audiencia como El País se empeña en caricaturizar a la oposición política, se está comprometiendo la integridad del periodismo y, en última instancia, socavando la salud de la democracia misma.

En lugar de recurrir a frases hechas y etiquetas peyorativas, los medios de comunicación deberían asumir la responsabilidad de proporcionar información precisa y equilibrada. En un entorno mediático donde la desinformación y la polarización son desafíos constantes, el periodismo de calidad se vuelve más necesario que nunca.

Medios de comunicación. Ilustración por Malena Ramos con inteligencia artificial

El País y su lucha contra la “ultraderecha” de Javier Milei y su fascinación por el “guardián” Sergio Massa

En la arena política argentina, el nombre de Javier Milei ha resonado con fuerza en los últimos años. Economista de profesión y ahora político, Milei se ha destacado por sus discursos contundentes y su retórica liberal en un contexto político donde el debate y la diversidad de opiniones son cruciales. Sin embargo, mientras algunos ven en Milei una figura que desafía el status quo y promueve una mayor apertura económica, otros, como el diario El País, le han etiquetado sin miramientos como un político de “ultraderecha”.

Javier Milei se presenta como un liberal clásico, defensor de la economía de mercado y las libertades individuales, y, aunque su postura pueda ser considerada por algunos como más conservadora, es importante no recaer en la trampa de las etiquetas exageradas que impiden un análisis serio que al final terminan siendo inexactas con la intención de mostrar a los malos como buenos, demonizando al opositor como un peligro para una nación.

En contraposición, El País parece mostrar una cierta inclinación hacia el peronismo liderado por Sergio Massa, un sector político que ha generado un desastre económico y social en Argentina. Si bien no es sorprendente que un medio de comunicación tenga preferencias políticas, es importante que la objetividad y la imparcialidad se mantengan en el periodismo. La fascinación que muestra el El País por Massa y que intenta lavar la imagen de este, puede llevar a preguntarse si se está realizando una cobertura justa y equilibrada de la política argentina.

Por ejemplo tomamos los artículos publicados previos a las elecciones de Argentina donde se destacan dos en concreto “Sergio Massa, el hijo pródigo del peronismo contra la ultraderecha” y “Javier Milei, el candidato del caos“. Los artículos mencionados se presentan de esa forma, la primera sobre Sergio Massa, y la segunda sobre Javier Milei.

En el caso de Sergio Massa

El artículo destaca la versatilidad de Massa y cómo ha logrado redimirse como una opción moderada en las elecciones presidenciales. Se menciona que Massa fue considerado un “traidor” al peronismo por romper con Cristina Fernández de Kirchner, pero se le presenta como la “última esperanza” contra la derecha recalcitrante.

También el artículo parece favorecer a Massa al describirlo como una figura versátil y moderada. Sin embargo, se podría argumentar que se omite una descripción equilibrada de su trayectoria y se enfoca demasiado en su redención. La opinión política de El País se inclina hacia una izquierda progresista, por lo que es comprensible que el artículo destaque a Massa como la opción “moderada”, pero esto no es más que un intento por sesgar la percepción del lector.

En el artículo de Javier Milei

En contraste, el artículo sobre Milei utiliza un tono más crítico, describiéndolo como un “candidato ultra” que ha capitalizado el hartazgo de los argentinos y se presenta como un líder populista.

La etiqueta de “candidato ultra” y líder populista que se le atribuye a Milei puede interpretarse de manera negativa. A pesar de que Milei defiende posturas políticas en contraposición a las políticas tradicionales que han tenido efectos negativos en Argentina, un artículo crítico debería ofrecer una evaluación más imparcial de su plataforma y argumentos. Este enfoque podría dar la impresión de que el artículo está sesgado en contra de Milei debido a su orientación ideológica liberal y, en consecuencia, podría poner en tela de juicio las ideologías de los partidos de izquierda en América Latina.

El País no solo refleja una inclinación política de centro sino destapa su favoritismo por sectores políticos de izquierda al presentar a Sergio Massa de manera positiva como una opción moderada y a Javier Milei de manera negativa como un “candidato ultra”.

Esta constante no sólo pasa en el panorama político de Argentina, el medio español también califica de “ultra” a opositores de la izquierda latinoamericana, sin importar los matices que tienen cada uno para el medio son todos “ultra”.

En un momento en el que la polarización política es un desafío constante en la mayoría de las democracias, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la formación de la opinión pública. Es crucial que estos medios presenten a la sociedad una visión completa y precisa de la política, en lugar de recurrir a etiquetas simplistas o favorecer a ciertos actores políticos.

La prensa tiene la responsabilidad de proporcionar a la sociedad información imparcial y precisa para que los ciudadanos puedan tomar decisiones informadas en el proceso democrático. Solo a través de un periodismo transparente y equilibrado se puede garantizar una democracia saludable y robusta en Argentina y en cualquier otro lugar de Latinoamérica o del mundo.