En la quinta edición de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) celebrada en Santa Catarina, Brasil, el presidente de Argentina, Javier Milei, dirigió duras críticas hacia los gobiernos de izquierda en la región. Durante su discurso, Milei mencionó a Bolivia y sus recientes eventos políticos como ejemplos negativos del socialismo.
Milei señaló al gobierno de Bolivia, liderado por Luis Arce, como un ejemplo de líderes socialistas que intentan permanecer en el poder «a toda costa». Sin nombrar directamente a Arce, Milei acusó al gobierno boliviano de estar dispuesto a «montar un falso golpe de Estado» para ganar ventaja en las elecciones. Además, recordó los eventos de 2019 cuando Evo Morales buscó un tercer mandato, lo que llevó a una crisis política significativa en Bolivia.
«Lo que está pasando en Bolivia ahora mismo es un reflejo claro de cómo los gobiernos socialistas están dispuestos a todo para mantenerse en el poder,» afirmó Milei, recibiendo aplausos del público.
Milei y la ideología socialista
El presidente argentino enfatizó que las políticas socialistas han llevado a la región a crisis económicas y sociales. Criticó la «receta económica y cultural del socialismo» y señaló a Venezuela y Bolivia como ejemplos de países donde esta ideología ha fracasado. «El socialismo es insostenible y necesariamente fracasa,» declaró, promoviendo el capitalismo como la «única salida para prosperar».
En el mismo evento, Branko Marinkovic, empresario y exministro de Economía de Bolivia del gobierno de Jeanine Añez, anunció su intención de postularse a la presidencia en las elecciones generales de 2025. Marinkovic, quien vivió 10 años exiliado, se comprometió a liberar a los presos políticos si es electo. Criticó a los líderes socialistas que buscan perpetuarse en el poder y afirmó que un funcionario elegido no debe permanecer en el cargo indefinidamente.
El discurso de Javier Milei en la CPAC Brasil subraya su fuerte postura contra los gobiernos de izquierda en América Latina. Sus críticas hacia Bolivia y otros países socialistas resonaron entre los asistentes, consolidando su imagen como uno de los principales líderes conservadores de la región.